TRIDUO EXTRAORDINARIO




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CONVIVENCIA CON LOS HERMANOS COSTALEROS

Con la presencia de numeroso público se celebró el pasado domingo 21 de septiembre el acto de Convivencia con los Hermanos Costaleros de la Hdad. del Santo Entierro en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.

Para este acto del Cincuentenario de nuestra Hermandad contábamos con la inestimable colaboración de un verdadero “número uno” en el siempre difícil arte de mandar los pasos de unos “protagonistas anónimos”, como él mismo los definió, que no es otro que D. Antonio Santiago Muñoz.


D. Marcelino Manzano se encargó de la presentación del famoso capataz, heredero de una dinastía de artistas del martillo, y lo definió como maestro, costalero y capataz de Sevilla. El capataz de La Macarena agradeció las bonitas palabras de presentación de nuestro Director Espiritual y se alegró mucho al comprobar que contábamos con un verdadero cura cofrade, enamorado de nuestras tradiciones y apegado al sentir y a la forma tan particular que tenemos los sevillanos en general y loreños en particular de entender la religiosidad popular.

D. Antonio Santiago empezó su conferencia, que duró dos horas y media, haciendo un repaso histórico de las salidas procesionales a principios del siglo XX y de cómo han ido evolucionando hasta nuestros días. Habló de la transición, que le tocó vivir en primera persona, desde las cuadrillas profesionales que cobraban por sacar los pasos, hasta la llegada de las cuadrillas de Hermanos Costaleros. Nos mostró imágenes de otros tiempos, de tiempos duros de miseria y hambre en el que aquellos que iban debajo de un paso sufrían no sólo el peso de las trabajaderas, sino el de una vida sacrificada en todos los sentidos.



Pudimos ver una sucesión de imágenes históricas de salidas procesionales de nuestra querida Hdad. de Los Negritos, del Cristo de Burgos, de San Roque, de La Macarena y del Gran Poder, entre otras, en las que D. Antonio nos explicó con todo lujo de detalles los pormenores de las antiguas fotografías. Seguidamente enlazó su conferencia con la importancia de saber hacer y llevar bien el costal, del reparto del peso y del trabajo en la columna vertebral, no olvidemos que D. Antonio es médico de profesión, y de los errores que cometen algunos costaleros a la hora de realizar su trabajo. Terminó su conferencia con la bonita metáfora de que el primer costalero fue Jesucristo cuando, camino del monte Calvario, cargó con el “patibulum” hasta el Gólgota.

No se pueden resumir dos horas y media en unas pocas líneas pero sí quedan en nuestro recuerdo algunas ideas que D. Antonio lanzó como que los verdaderos protagonistas de la Semana Santa son los que van encima de los pasos,... pero que todo esto no sería posible sin el trabajo callado de todos aquellos “protagonistas anónimos” que os metéis debajo de una trabajadera cuyo “veneno” es estar impregnada de la sangre de Nuestro Señor Jesucristo y las lágrimas de su bendita Madre la Virgen María.

Al finalizar el acto, nuestro Hermano Mayor le hizo entrega, en prueba de agradecimiento por su magnífica conferencia, de un bonito presente: un cuadro a carboncillo con la imagen de Cristo Yacente, obra original de nuestro hermano, el conocido pintor loreño, Manuel Nuño Heredia.

8 DE SEPTIEMBRE

No hay palabras para describir lo vivido en la puerta de nuestra Casa Hermandad la noche del pasado 8 de Septiembre con motivo de la visita de Nuestra Madre y Patrona María Santísima de Setefilla.

La tarde empezó con el engalanado de la fachada de la Casa Hermandad: flores, colgaduras y un pequeño altar con nuestro Niño Jesús ataviado con pañuelo y medalla como manda la tradición setefillana.


Quisimos colgar, como centro del altar, el cuadro que la Hermandad Mayor de Nuestra Señora de Setefilla nos regaló este año con motivo de nuestro Cincuentenario.

Numerosas personas se congregaron en las inmediaciones para seguir desde allí el paso de Nuestra Patrona.

Pero el momento cumbre estaba por llegar. La Virgen de Setefilla se acercaba por la calle San Fernando lenta, portada a hombros por sus hijos, bendiciendo a cada familia que desde puertas y balcones la admiraban y vitoreaban. Y llegó a nuestra puerta… y se volvió a mirarnos a la cara… y casi quiso entrar en nuestra casa que es la suya. Entonces se le hizo entrega de un ramo de flores y se le cantó la Salve a la vez que desde el balcón, por no decir desde el cielo, una lluvia de pétalos caía derramada por las manos inocentes de los más pequeños de nuestra Hermandad.

Momentos así hay que vivirlos y son de los que jamás se olvidarán en la vida. Tus hijos del Santo Entierro esta noche todos lucían en su pecho la medalla "cofrade" con los colores celeste y blanco y la imagen de Tu preciosa cara como símbolo de que Tú eres y serás siempre nuestra Abogada y Fiel Protectora.


Madre de Setefilla, ¡gracias por venir a vernos y bendecirnos con tu gracia y amparo en este año en el que celebramos el cincuenta aniversario de nuestra fundación!


¡Viva María Santísima!

¡Viva el Orgullo de Lora!

¡Viva la Madre de Dios!