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El pasado Domingo de Resurrección se procedió al traslado de la Imagen de María Santísima de las Angustias desde la Iglesia de San Sebastián hasta la Parroquia de la Asunción. Como es sabido nuestro Paso Virgen tuvo que buscar refugio en La Huertecilla debido a las inclemencias meteorológicas que acontecieron la noche del Sábado Santo.
A continuación se exponen algunas fotos de ese día.
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Desde este Blog queremos agradecer de manera especial el cariño y la acogida que nos han brindado tanto D. José Angel Martín Domínguez (párroco de San Sebastián) como toda la Hermandad y Cofradía de nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo en su Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Paz, con su Hermano Mayor a la cabeza D. Enrique Pérez Sánchez.
Tenemos también que destacar el ofrecimiento desinteresado de la Banda de Música de Lora que quiso acompañarnos en el traslado dándole mayor solemnidad y lucimiento al acto.
Nos queda como consuelo de aquella noche lluviosa del Sábado Santo el recuerdo de un Domingo de Resurrección en el que vimos una procesión por nuestras calles que más parecía de gloria que de penitencia. El brillante sol nos acompañó y pudimos disfrutar de la belleza de María Santísima de las Angustias acompañada por muchísimos hermanos y devotos.
Una vez concluida la procesión, ya en el interior de la Parroquia de la Asunción, el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Lora del Río quiso tener un detalle con nosotros regalándonos una placa conmemorativa de nuestros cincuenta años de existencia. La entrega la realizó su Presidenta Dª María Mercedes Lozano a nuestro Hermano Mayor D. Manuel Corona.
La entrada de ambos pasos en la Iglesia de la Asunción, bajo un intenso aguacero, permitió contemplar la imagen de los nazarenos y las mantillas que aguantaron el chaparrón sin moverse hasta que el Santísimo Cristo Yacente hizo definitivamente su entrada.
Sebastián expresó su verdadero sentimiento como cristiano y como cofrade loreño, manifestando su amor, cargado de emociones sinceras y experiencias vividas en primera persona, alrededor de nuestras Cofradías.
Y como final, le dedicó un capítulo entero en forma de recreación poética a un hecho que será histórico: el Santo Entierro Magno del próximo Sábado Santo.
El acto fue presidido por un recogimiento y un silencio impresionantes que nos hicieron sentir la Pasión de Nuestro Señor repartida en las catorce estaciones del Via Crucis. Para darle mayor solemnidad al acto se apagaron todas las luces de la plaza y de esta manera las únicas luces que alumbraban el camino del cortejo eran los cirios y los faroles que acompañaban a Cristo Yacente.
Un acto más de nuestro Cincuentenario que nos ha llenado el alma de fervor en torno a Nuestro Titular y que ha sido posible gracias a la colaboración de las Hermandades de Lora del Río que nos han demostrado con su presencia y acompañamiento el amor que le profesan a Cristo Yacente.